¿Comes por emoción o por hambre?

¿Sabes distinguir entre ambas? ¿Piensas todo el día en comida? ¿Te obsesiona tu peso o lo que comes? ¿Comes cuando estás feliz o triste o estresada o cansada? ¿Sientes culpa después de comer? ¿Tienes una relación sana con la comida?

Lo primero es estar consiente de tus emociones, debes lograr estar en paz contigo y con los demás, muchas veces los problemas solo existen en nuestra mente y nosotros somos los responsables de anidar esos pensamientos que luego se transformarán en palabras y posteriormente en acciones que a la larga pueden convertirse en malos hábitos. Toma un tiempo para pensar o reflexionar antes de actuar, cuenta hasta 10 antes de comer por emoción.
Muchas veces no es fácil, si te cuesta ordenar las ideas, puedes escribir en un diario que es lo que realmente te pasa, te vas a sorprender. Luego puedes llamar a una amiga, caminar, escuchar música, pasear a tu mascota o recordar algo lindo o divertido, la idea es hacer algo que te produzca tranquilidad así liberaras endorfinas.

TODAS NUESTRAS EMOCIONES EMPIEZAN CON PENSAMIENTOS, tú eres dueña de que cosas permites que gobiernen tu mente, tú tienes el control, nunca olvides eso y si necesitas ayuda no dudes en buscarla.